My dear Dentist (III)

Hoy el móvil me ha dicho que mañana tengo dentista... y me he empezado a preguntar qué me hará mañana ese "pobre" hombre.
Recordando viejos tiempos me ha venido a la cabeza los días en que hacía un molde de mi boca (me lo podría haber dado xD). Eso del molde es una experiencia traumática, al menos para mi. La cosa va tal que así: ponen medio quilo (a grosso modo) de chicle rosa en un molde y eso te lo endiñan en la boca felizmente, a la ayudanta patosa le da por ayudarse del dedo para que la para que la pasta esté bien colocadita y que no se mueva (soy muy cercana a que me den arcadas, vete con cuidao maja). Te lo dejan unos cuantos minutos (eternidad) y luego a ver quien es el listo que lo saca.
El trauma viene en el periodo comprendido en el que te introducen la susodicha masa hasta que te la extirpan. Estas ahi con la bola esa en la boca, que sabe asquerosa (como no). A la que te descuidas empieza a rebosar y nada a esperar... Por suerte, te dejan solo ante el peligro... porque nada más faltaría tener al dentista y alguna ayudanta patosa mirando y comentando la jugada (cual es vuestra IP? ¬¬). Y bueno... te lo sacan, por fin!!!! Haciendo palanca porque eso esta ya disecado y forma parte de uno mismo. Pero como al dentista no le duele estirar... zas! tiene tu boca artificial en su mano (el ruido que se escucha al sacar el molde es curioso de oir).
Y asi es como mas o menos va lo del molde, te deja un sabor de boca que da asquete... Y mi pregunta es... a donde van esos moldes cuando no los necesitan??? Eh? eh? lo sabes tu? tu lo sabes?

P.D. Por suerte, no te meten el chupador ni el aspirador a la vez. ;-)