My dentist (the "casi"-end)
Voy a retomar mis emocionantes y divertidas aventuras en el dentista (nótese la ironía).
El jueves 4 fui a mi cita con mi querido dentista. Esta vez era especial porque me iba a ARRANCAR los aparatos. Y digo arrancar porque es casi lo que hizo. Qué horror.
Pues bien, la operación duró unas 2 horas, ya me podía avisar y me llevo un cojincito para echar una cabezadita. El proceso de arrancado de brackets es sencillo, se cogen unos alicates y se arrancan uno a uno, no tiene más. Luego se tienen que quitar los restos de pega y resina que quedan en los dientes y limpiar. También, me hizo una cosa rarísima que me dolió un poquete. Era como si me pasara una aguja entre diente y diente. Arg! Hizo que me sangraran las encías y todo eh! Así que cuidado con la aguja del demonio. Con eso del sangrado, me hizo morder una servilleta, yo ahi, sola, mordiendo una servilleta que cada vez se tornaba más y más roja. Esto es pa verlo.
El siguiente paso era hacer moldes para los aparatos de noche, así que aquí no ha acabado la cosa. Es una sensación un poco indescriptible, te endiñan un metal con forma de U lleno de una pasta mocosa y bastante fría y se esperan unos 50 segundos a que se seque y luego te lo arrancan. El problema es cuando esa masa se ha solidificado más de la cuenta y hay que hacer más fuerza. Ahí es cuando pensé que me iba a arrancar todos los dientes de cuajo pero no fue el caso. 6 veces tuvo que hacer esto, 3 para los dientes de abajo y otros 3 para los de arriba. Me quedé ahí con restos de moco verde en la boca que sabía a pestes. Ah sí, se me olvidaba! Me entraron arcadas, ufff que sufrimiento... pensaba que iba a vomitar ahí mismo... aunque llevaba un babero de plástico azul,... Las arcadas pues porque me estaba empezando a tocar a la campanilla y eso es sagrado.
Y nada, aquí acabó una de mis últimas visitas al dentista. Estoy medio contenta con el resultado. No sé por qué me han salido unas manchas blancas, que me aseguró que no se marchaban, así que nada, me tendré que acostumbrar a vivir con ellas.
El jueves 4 fui a mi cita con mi querido dentista. Esta vez era especial porque me iba a ARRANCAR los aparatos. Y digo arrancar porque es casi lo que hizo. Qué horror.
Pues bien, la operación duró unas 2 horas, ya me podía avisar y me llevo un cojincito para echar una cabezadita. El proceso de arrancado de brackets es sencillo, se cogen unos alicates y se arrancan uno a uno, no tiene más. Luego se tienen que quitar los restos de pega y resina que quedan en los dientes y limpiar. También, me hizo una cosa rarísima que me dolió un poquete. Era como si me pasara una aguja entre diente y diente. Arg! Hizo que me sangraran las encías y todo eh! Así que cuidado con la aguja del demonio. Con eso del sangrado, me hizo morder una servilleta, yo ahi, sola, mordiendo una servilleta que cada vez se tornaba más y más roja. Esto es pa verlo.
El siguiente paso era hacer moldes para los aparatos de noche, así que aquí no ha acabado la cosa. Es una sensación un poco indescriptible, te endiñan un metal con forma de U lleno de una pasta mocosa y bastante fría y se esperan unos 50 segundos a que se seque y luego te lo arrancan. El problema es cuando esa masa se ha solidificado más de la cuenta y hay que hacer más fuerza. Ahí es cuando pensé que me iba a arrancar todos los dientes de cuajo pero no fue el caso. 6 veces tuvo que hacer esto, 3 para los dientes de abajo y otros 3 para los de arriba. Me quedé ahí con restos de moco verde en la boca que sabía a pestes. Ah sí, se me olvidaba! Me entraron arcadas, ufff que sufrimiento... pensaba que iba a vomitar ahí mismo... aunque llevaba un babero de plástico azul,... Las arcadas pues porque me estaba empezando a tocar a la campanilla y eso es sagrado.
Y nada, aquí acabó una de mis últimas visitas al dentista. Estoy medio contenta con el resultado. No sé por qué me han salido unas manchas blancas, que me aseguró que no se marchaban, así que nada, me tendré que acostumbrar a vivir con ellas.
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